Muchas veces se había querido probar la existencia de dinosaurios no avianos en el Cenozoico. ¡Sería una noticia tan increíble! No obstante, las supuestas noticias de hallazgos siempre tenían una pega: en ocasiones, los restos reelaborados son más resistentes que los autoctonos y sincrónicos con el sedimento.
¿Que qué? Bueno, vayamos por partes, no nos asustemos por los palabros. La reelaboración tafonómica consiste en un proceso, según el cual, un fósil, tras desenterrarse por efecto de la erosión, vuelve a enterrarse en sedimentos más nuevos. Pero esos procesos pueden detectarse fácimente si has acostumbrado tu ojo a ello: marcas de arrastre, rellenos sedimentarios que no se corresponden con el sedimento envolvente...
Y no es de extrañar, por lo tanto, que una concha o hueso, una vez fosilizado, sea más resistente que un hueso o concha que acaba de ser enterrado. Por lo tanto, a falta de un análisis tafonómico, unos huesos de dinosaurio bien conservados del Paleoceno podrían explicarse de esta manera...
Pues bien, ahora llega el paleonólogo J. E. Fasset con evidencias de nuevos huesos de Hadrosaurio en el Paleoceno de Nuevo México y Colorado. Los análisis polínicos y estratigráficos no dejan lugar a dudas: se trata de Paleoceno. Y, ahora viene lo mejor, los análisis de Uranio y Tierras raras parecen indicar que no hubo reelaboración alguna de estos huesos!
Podría tratarse de una noticia extraordinaria, que sin duda generará debate, asi que por el momento, contentémonos con leer el artículo, cojámoslo con pinzas y analicémoslo críticamente...
¿Que qué? Bueno, vayamos por partes, no nos asustemos por los palabros. La reelaboración tafonómica consiste en un proceso, según el cual, un fósil, tras desenterrarse por efecto de la erosión, vuelve a enterrarse en sedimentos más nuevos. Pero esos procesos pueden detectarse fácimente si has acostumbrado tu ojo a ello: marcas de arrastre, rellenos sedimentarios que no se corresponden con el sedimento envolvente...
Y no es de extrañar, por lo tanto, que una concha o hueso, una vez fosilizado, sea más resistente que un hueso o concha que acaba de ser enterrado. Por lo tanto, a falta de un análisis tafonómico, unos huesos de dinosaurio bien conservados del Paleoceno podrían explicarse de esta manera...
Pues bien, ahora llega el paleonólogo J. E. Fasset con evidencias de nuevos huesos de Hadrosaurio en el Paleoceno de Nuevo México y Colorado. Los análisis polínicos y estratigráficos no dejan lugar a dudas: se trata de Paleoceno. Y, ahora viene lo mejor, los análisis de Uranio y Tierras raras parecen indicar que no hubo reelaboración alguna de estos huesos!
Podría tratarse de una noticia extraordinaria, que sin duda generará debate, asi que por el momento, contentémonos con leer el artículo, cojámoslo con pinzas y analicémoslo críticamente...
1 comentario:
Guau, q notición! lo cierto es que yo esperaría encontrar dinosaurios no avianos en otras regiones como Australia y Antártida, con unas condiciones más parecidas a las que se supone que sucedieron tras el choque de un bólido extraterrestre o de un vulcanismo masivo.
Veamos en que acaba la noticia!
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