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6.18.2010

Diversidad y entropía: bienvenidos a "Sin ley ni orden"

Sin ley ni orden... interesante propuesta. Mezcolanza elevada a infinito. Caos, desorden y entropía. Así parece presentarse "Sin ley ni orden". Sin embargo, lejos de las connotaciones negativas del concepto, esta  nueva bitácora representa una gran oportunidad. Y no es más que debido a su contenido diverso.

Muchos de vosotros ya lo sabréis, pero estamos en el Año Internacional de la Diversidad Biológica. Y muchos se preguntan a diario cual es el valor de esa "biodiversidad". Pensemos en una población de organismos, por ejemplo, imaginemos una especie de pequeño ser peludo con pico y orejitas de hamster. Si nuestro bichejo encuentra condiciones buenas, su población crecerá. Por lo tanto, en ambientes favorables, este pequeño ser proliferará mucho. Ahora pensemos en nosotros mismos: altos, bajos, morenos, rubios, con diferente color de ojos... Traslademos ese pensamiento a nuestro bichejo hipotético. Si hay pequeñas diferencias en sus individuos, habrá selección de parejas, y también diferente supervivencia. Imaginaros, por lo tanto, que en esa imparable expansión de nuestro animalejo, en unos lugares proliferen más los que tienen poco pelo, porque hace calor. Y los que tengan más pelo, en sitios frios. Pulsemos el botón de adelantar la película en nuestro mando, y con el tiempo, tendremos especies de bichejos diferentes. Ahora imaginemos que un volcán destruye el hogar en el que habitaron los primeros: muchos desaparecen, pero los que se expandieron, y dieron lugar a otras poblaciones, persisten. Imaginemos que llega una glaciación, y los que perdieron el pelaje, caen tiesos. ¡Pero nos quedan los peluditos! Imaginaros pues, el valor de la diversidad de seres vivos reales.

Por poner un ejemplo de mi campo, si a los dinosaurios no les hubiese dado por emplumarse y alzar el vuelo, tras el pepinazo de finales del Cretácico nadie podría ir al supermercado de turno a comprarse unas brochetas de pollo, ni acercarse a comerse un McPollo a una hamburguesería. Y es que gracias a lo diversos que eran los dinosaurios (tenían esa manía) muchos sobrevivieron a la extinción. ¿Podían saber lo que les venía encima entonces? Imposible. ¿Quien hubiera dado un duro por aquellos pequeños dinosaurios enclenques tuneados? Y sin embargo, fueron eficaces. Por lo tanto, imaginaros que ocurre una catastrofe en nuestro planeta, ya sea causada por nosotros o no. La vida seguirá, por supuesto. Pero ¿en qué formas? ¿Quién es capaz de dar un duro por unas especies y no por otras? ¿Qué comeremos si se nos extinguen los pollos, los cerdos, y demás ganado? Imprebisibilidad. Caos. Y aqui es cuando volvemos a nuestro blog recién estrenado.

La modas vienen, van, vuelven, o se extinguen. Señoras, velociraptores, Perdidos, Twin Peaks... todo empieza y llega a su fin, y por eso es tan importante la diversidad. Y es que, si cada uno de los autores de este nuevo blog, cada uno de los que, a sorpresa nuestra, hemos sido invitados y arrastrados, ponemos nuestro granito de arena, esto puede durar mucho. Porque quizás no os interese lo que yo pueda decir, pero si lo que diga otro de los autores. Asi que, sin más, ¡larga vida y prosperidad!

2 comentarios:

Pablo Lara dijo...

¿Qué comeremos si se nos extinguen los pollos, los cerdos, y demás ganado? Imprebisibilidad. Caos. Mejor no le hagamos esa pregunta a H.G.Wells.

Eso y suerte en "Sin Ley ni Orden"

Camino a Gaia dijo...

La biodiversidad es por tanto la defensa de la vida contra el caos y lo inesperado.